Después de varios días recorriendo las diferentes zonas de los Fuorisalone di Milano, en mi último día de visita llegué a mi favorita, sí que es verdad que esta zona no es la del Design por excelencia, y de hecho tampoco había muchas exposiciones, pero es tan bonita, llenas de callejones escondidos y cortiles silenciosos de época pasadas, que pasear se convierte en un bálsamo para olvidarse del mundo por un buen rato… y si el sol acompaña mucho mejor!
Y el año que viene más. ¡Hasta entonces Milano!