¡Vivan los novios! o como se dice en italiano ¡viva gli sposi!. Este fin de semana tuve boda en Milán, y aunque una expresión no difiere mucho de la otra, es en este tipo de situaciones en las que te das cuenta de que hay ciertos vocablos con cargas emotivas que si no se dicen en tu lengua materna no tienen la misma fuerza, en realidad no tienen ninguna, en realidad son un sin sentido para ti.
Desde hace algún tiempo venía buscando la situación idónea para poder hacerme con un vestido de Beatriz Peñalver, y qué mejor momento que una boda, en la semana de la moda y en la capital de la moda. Todo queda en casa. Un caprichito que de vez en cuando anima a una el espíritu.
Así que mientras yo viajaba a Milán con mi Peñalver en la maleta, ella volvía de Nueva York con los suyos. Y viendo los tintes que está tomando su fulgurante carrera y dada mi pasión por la moda… qué mejor inversión que guardar como oro en paño uno de sus primeros diseños, para cuando sea rica y famosa y quizás sea más difícil comprar otro de sus preciosos vestidos, o no, nunca se sabe. The fashion that I love…
Fotos: Beatriz Peñalver/Toni Guerrero
Milán, octubre de 2013